Socializar un proyecto significa mucho más que informar: implica construir puentes de comunicación, escuchar activamente, atender dudas legítimas y promover la participación de la comunidad desde el inicio. La socialización es clave para que los grupos de interés comprendan los objetivos del proyecto, sus beneficios, impactos y alcances, lo que reduce la incertidumbre y fortalece la transparencia.

Además, la integración comunitaria permite que los habitantes del entorno no solo sean observadores del proyecto, sino parte activa de su desarrollo. Esto se logra mediante estrategias de diálogo continuo, eventos informativos, talleres, encuentros participativos y espacios de colaboración donde se construye una visión compartida.